Servicio Social

 

“Ser personas con y para los demás”

Creada en 1990, el Área de Servicio Social depende de la Jefatura de Formación y está en coordinación con el Departamento de Pastoral.

Mediante una serie de experiencias teórico-prácticas de contacto con realidades de exclusión social se pretende hacer realidad lo que en su día dijo el P. Arrupe SJ, “Ser personas con y para los demás”.

La experiencia de Servicio Social se entiende como un objetivo fundamental en la Educación Jesuítica, un procedimiento básico de nuestra Pedagogía Ignaciana, impregnada de un marcado carácter social, acorde con los tiempos y la coyuntura histórica que vivimos. Por esta razón, en 1º de Bachillerato tiene  carácter curricular. Se deja en manos del alumno la elección del tipo de proyecto en el que desea participar.

Mediante la experiencia de servicio social nuestros alumnos ponen en práctica los valores evangelizadores de la justicia, la tolerancia y la solidaridad.

Acompañando la acción

Para la mayoría de los alumnos es su primera experiencia de servicio social. Creemos que la experiencia tiene pleno sentido si se practica y se reflexiona en la familia. Por ello, pedimos a los padres y madres que acompañen al compromiso de sus hijos desde casa, es decir, que sean coherentes con el planteamiento del colegio, favoreciendo y animando la asistencia al proyecto y, si fuera posible, implicándose activamente en el acompañamiento del programa.

La experiencia es acompañada directamente por un grupo de unos ciento treinta profesores y padres del colegio voluntarios que, con experiencia, formación y entrega, siguen de cerca el proceso de cada alumno en sus diferentes etapas del compromiso social.

Todos los proyectos son tutorizados por padres acompañantes

Saber + Saber hacer

La mayoría de las instituciones y proyectos nos ofrecen una formación básica y específica acerca de la realidad en la que vamos a trabajar. El colegio Nuestra Señora del Recuerdo, por su parte, tiene un plan de formación que no pretende quedarse en la movilización cognitiva, sino que pretende también una implicación afectiva para poder realizar una ayuda efectiva. No basta con hacer el bien, hay que hacerlo bien.

Este tipo de formación también estará vinculada a la necesidad de dar un sentido evangélico a lo que hacemos. Por ello hay un plan de Tutorías de Pastoral Social en las que contamos con el apoyo y la participación activa de varios jesuitas y de los tutores de 1º de Bachillerato.

Ya no se puede vivir de otra manera

Después de esta experiencia el alumno descubre que no se puede vivir de espaldas a esa realidad social desfavorecida, que “nada de lo humano le es ajeno”.

Es nuestro deseo que, en adelante, la vivencia de ayuda y el encuentro con los rostros de la injusticia sean un criterio en las opciones y decisiones futuras de nuestros alumnos.

Este programa ha sido galardonado con los premios: Experiencia Didáctica en el Área de Letras (2º premio CDL – 1994) y Premio Santillana 2000 (Modalidad de Bachillerato y Primer Premio)

Los alumnos y los acompañantes reflexionan formalmente sobre la experiencia, tanto individualmente como en grupo.

Guía 21-22

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Proyectos 21-22

Informe 18-19

Memoria 18-19